Construida en 2011, nuestra casa rural es heredera de la arquitectura popular de la zona, en la que se funde la piedra vista con la madera y el ladrillo.
La Casa Rural La Serrana de Aracena ofrece todas las facilidades de la vida moderna enmarcadas en un paisaje rodeado por la magia de la naturaleza.
Nuestro alojamiento se encuentra enclavado en pleno Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Al calor de la chimenea... el invierno es el protagonista y nuestra Sierra te muestra los encantos de esta estación.
Para tu comodidad puedes reservar tu estancia a través del portal Escapada Rural
Inscripción en el Registro de Turismo 09/08/2011. HU/00259.
Casa Rural Superior
3 habitaciones, dos baños, climatización, leña gratis. Piscina con solarium y amplio salón con chimenea y jardín con barbacoa.Y a tan sólo 5 minutos andando de Aracena.
Con habitación y baño adaptados a discapacitados.
Tres dormitorios amplios, luminosos y exteriores (6 plazas).
Los árboles frutales rodean la zona ajardinada y la piscina.
La extensa red de senderos que cruzan este espacio protegido permite la práctica de diferentes actividades, como el senderismo, Nordic Walking, bicicleta de montaña o el paseo a caballo, entre otros.
Leer más...El patrimonio monumental de Aracena sorprende a quien todavía no la conoce. Un sencillo paseo por sus calles y plazas le mostrará el encanto de una localidad declarada como Municipio Turístico de Andalucía.
Leer más...Las entrañas de la Tierra acogen al tesoro por excelencia de Aracena: La Gruta de las Maravillas. La alianza milenaria del agua y la roca caliza ha dado vida a un rincón de visita obligada.
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La Serrana de Aracena está situada en el paraje de la Zulema en Aracena, donde se haya la fuente que lleva su nombre y que honra la leyenda de Zulema, princesa mora enamorada de un caballero cristiano y que es castigada por su padre con la muerte tras descubrir éste, el amor que los jóvenes se profesaban. Lloró tanto la joven y su dolor era tan profundo que de sus lágrimas encendidas brotó un manantial que más tarde se transformó en caño: La fuente de la Zulema.
